viernes, 29 de noviembre de 2013

Capítulo 5


Pongo rumbo a casa con mi hermano y mi pequeño diablo, el susto cuando lo vi subido al árbol sigue ahí, aunque también estoy algo asustada por la reacción de Zayn conmigo, nunca me había tratado así...no sé...tan, ¿amable?. En el trayecto Tommy me fue contando que cuando fuera grande quería casarse con Abie y que juntos tendrías muchos hijos y también muchos perros. Para apenas tener cuatro años mi hermano tiene una gran mente imaginaria, que la conserve toda su vida. Yo en cambio soy totalmente opuesta a él en ese sentido.
 
-¡Ya estamos aquí!.- Dijo Tommy después de dejar su abrigo en el perchero.

-Venga, ya es la hora de poner la mesa.- Grita mi madre desde la cocina, y eso que solo son las ocho de la tarde, pero en mi casa siempre se cena temprano, más que nada por  mi hermano. A mi madre siempre le ha gustado estar en la cocina, pero últimamente pasa la mayoría del tiempo allí metida, no quiero pensar que pasa nada raro con respecto a ella y mi padre pero a veces noto como ellos están algo distanciados.

Acompaño a Tommy al baño para lavarnos las manos, y poner la mesa. Después de mucha discutir con mi hermano por culpa de los tenedores y los cuchillos dejé que el ganara. Mi padre salió del despacho cuando avisamos que la cena estaba lista. Como siempre, a la hora de la cena comentamos lo que hicimos durante el día, mi padre es en la cena cuando más habla y más nos pregunta sobre como ha ido el día, pero esta noche la mesa está algo más silenciosa.
 
-Hija, ¿estudiaste hoy? acuérdate de que este año te tienes que aplicar para poder tener una buena nota.- Insiste mi madre.
 
-Aham...- Fue lo único que musité, estaba preocupada por mi padre. Y por otra parte no me quitaba de la cabeza la chaqueta de Zayn. ¿Se la debería llevar mañana a clase? O tal vez cuando fuera a recoger a Tommy... ¿Por qué me pongo tan nerviosa cuando sé que le tengo que volver a ver? No son nervios, es odio. No mientas, me falla el subconsciente.

                                 ******************

-AAAAAH.- Me despierto sobresaltada, mi cara esta empapada en sudor frió, me siento en cama e intento calmar mi respiración, cojo el vaso de agua que hay en mi mesita de noche y me lo bebo casi todo de un trago, me estaba muriendo de sed. Estaba soñando que algo le pasaba a Zayn delante mía, y que yo era incapaz de ayudarle, porque alguien me tenía agarrada.
 
No sé porque sueño con él, si no me importa lo que le pasa, mi mente está por jugarme malas pasadas, ya es la segunda vez que me lo hace en menos de 24 horas, a este paso, mi conciencia y yo tendremos algunas palabras. Miré el reloj de mi móvil, las 04:36 aun tenía tres horas más de sueño. Me vuelvo a tumbar en la cama mirando al techo y cuando me relajo me vuelvo a quedar dormida.
 
-¡Vamos Becca, llegaremos tarde!.- Me grita Liam esperando en el coche para ir a clase.
 
-Ya voy, ya voy, no me metas prisa...

Me subí en la parte de delante del coche y fuimos a recoger a Alex. Cuando llegamos al instituto cada uno se fue a sus respectivas clases, yo fui hacia la clase de Historia, no era una de las que más me gustaran la verdad y si a eso le sumas que he dormido más bien poco... Cuando la clase ha comenzado, se me viene a la cabeza Zayn. ¿Dónde estará? Él también tiene historia las mismas horas que yo. Espera, ¿y...?
 
-¡Mierda!.- digo en voz baja y sin que nadie me escuche. La chaqueta de Zayn se me había olvidado en casa. ¡JODER! Que desastre puedo llegar a ser. Me acerco a la mesa de la profesora y susurro.

-Perdone, necesito salir de clase, no me encuentro bien.- Esto es genial para las buenas críticas que quiere mi madre sobre mí, sí, sí...
-Sabe de sobra que no se puede salir señorita Rebecca.

-Le juro que si no fuera algo importante no lo pediría.

-Está bien, puede salir.

Salí de la clase como alma que lleva al diablo, cuanto estaba a punto de llegar al baño, doblo la ultima esquina, y ¡PUUUM! Hostiazo tremendo contra alguien. Me caigo hacia atrás y me doy un buen golpe en la espalda.

-Honey, ¿no te enseñaron que no se puede correr en los pasillos?.- Vamos, ya está aquí mi tortura mañanera...Me tiende la mano, la cojo y me ayuda a levantarme, ¿por qué lo hace?.- ¿Dónde vas?.

-Mmmm...a casa, me ha surgido un asunto.

-¿Volverás? Porque tienes mi cazadora.- Mira hacia ambos lados en el pasillo. ¿Por qué no está en clase?

-Sí, a la vuelta te la traigo.- Asiente con la cabeza, espero a que diga algo pero no lo hace. Salgo del instituto camino hacia mi casa, ni siquiera sé porque estoy haciendo esto...

Cuando llego a mi casa, no hay nadie. Gracias, señor. En cuanto tengo la chaqueta vuelvo a clase lo más rápido posible, apenas acaba de terminar la clase de historia. Antes de pasar por la puerta principal me fijo en un chico y una chica besándose apoyados en un coche. Él se separa de ella, ella me mira y luego le susurra algo a él, él me mira. Oh...¡genial!

domingo, 17 de noviembre de 2013

Capítulo 4.

-¿Eso es cierto, pequeña?.- Pregunto acariciándola en brazo suavemente. Ella afirma con la cabeza vergonzosamente.

-Ella es muy tímida, Becca.- Me dice Tommy encogiéndose de hombros.

-Mira que bien la conoce.- Dice Zayn soltando una carcajada. Cosa que me sorprendió, él con la gente de nuestra edad era una persona totalmente diferente como si tuiviera una coraza y no dejara que nada ni nadie le intimidase o siquiera le importase, pero en esta situación parecía como si tuviese una debilidad hacia los niños y eso sin quererlo o no, me parecía enternecedor.

-La próxima vez que te diga que te montes en su coche, ¡monta Becca, monta!.- Insiste el pequeño. Zayn con una sonrisa se pone a la altura de mi hermano y le dice.

-¿Sabes qué pasa? Que no le gusto mucho a tu hermana. Me podrías ayudar a que le gustase.

-Eso es un poco difícil...ella me ha dicho que eres bastante odioso y un par de veces me comentó que te quería arrancar la cabeza, ¿verdad Becca?.- Yo no sabía donde meterme, solo esparaba que un hueco se abriese en la tierra y me tragase, pero en vez de eso tuve que aguantar las carcajadas de Zayn y me ponía aún más nerviosa.

-Pues habrá que arreglar eso.- Me mira y bajo la cabeza. Ahora mismo me siento como Abie pero con trece años más.

Los niños vuelven a ir a jugar con la pelota y nosotros nos volvemos a sentar en el banco.

-¿Así que me odias?.- Ahí vamos otra vez...

-Bueno, es algo mutuo.

-Ah-ah, yo no te odio.- Entierro la cabeza entre mi pelo.- Sólo que nunca me ha gustado que me lleven la contraria...y tú lo haces. Todo el tiempo y eso de desquicia.

-Bueno, a mí nunca me ha gustado que me digan lo que tengo que hacer y menos que me dejen en ridículo delante de la gente...y en cambio tú lo haces todo el tiempo...- No sé de dónde saqué la fuerza para decirle esas palabras pero después de hacerlo respiré aliviada. Lo miro de reojo y veo su sonrisa. De repente un sonido familiar me desconcierta, me levanto de un salto y lo empiezo a buscar por todas partes, Zayn se poner detrás de mí y me pregunta.

-¿Qué cojones pasa? ¿Estás loca?.- Mucho tardaba en hablarme de mala manera.

-Cállate idiota, ¿no lo oyes?.- Me acerco a los jardines donde el sonido es más claro.- Church...bonito, ¿dónde estás?.

-¿Quién mierdas es Church?

-Es mi gato, está llorando.

-¡Oh joder! ¿Reconoces el llanto de tu gato?.- Se veía un poco lamentable, pero sí lo hacía y me sentía orgullosa.

-¿Me vas a ayudar a buscarlo o vas a seguir hablando idioteces?.- Le pregunto levantando un poco la voz.

-Ugh...encontremos a ese maldito gato de una vez...- Él buscaba por la izquierda y yo por la derecha, era desconcertante cuando lo escuchaba por un lado iba para allá y luego ya no se oía nada y así nos pasamos como media hora, Zayn maldecía en voz baja y yo lo llamaba de manera cariñosa pero debía estar en algún lugar peligroso porque no venía a mi en cuentro.
Cuando buscaba entre los matorrales Zayn me dice.- ¡Rebecca! ¿Es ese de ahí?.- Corrí a su altura, él señalaba lo alto de un árbol donde efectivamente estaba mi gato.

-Sí, ¿cómo ha subido ahí? Baja Church, baja bonito...

-Tu gato es muy tonto Rebecca, sube a sitios peligrosos y luego no sabe bajarlos. ¿Qué tipo de gato hace eso?.- En parte tenía razón pero no iba a tolerar que se metiera con mi pequeño Church.

-Zayn.- Me mira.- Cállate la boca.- Se quedó bastante corprendido cuando le dijo eso y soltó una risa echándose el pelo hacia atrás. Saco el móvil y las llaves de mi bolsillo y junto a mi novela lo dejo bajo el árbol. Me recojo el pelo en una coleta alta y me agarro a la corteza poniendo los pies y las manos en zonas seguras para poder subir donde se encuentra mi gato.

-¡Baja de ahí! ¡Joder, Rebecca te vas a hacer daño!.- Siento unas manos en mis caderas y de un momento a otro estoy volando hacia abajo cuando mis pies han tocado el suelo me lanzo a él golpeándole el pecho.

-¡Déjame! No lo puedo dejar ahí solito. ¡Suéltame!.

-Vale, espera escúchame, te suelto si no subes al arbol.

-¿Y dejarlo ahí solo?.- Me tenía las manos puestas en mi tripas y la espalda en su pecho.

-Yo subiré ahí por ti.- Los ojos se me iluminaron, esto no podía ser cierto.

-Mientes.

-No, lo juro. Tú solo sujetame mi cazadora y no hagas tonterias. Yo cogeré a ese pequeño diablo.- Él y sus motes para todo el mundo.

-Está bien...- Me suelta se quita la cazadora y se la sujeto. Miro como sube lo más rápido que puede por las ramas y cuando está a la altura de Church lo coge engachándolo con su antebrazo y bajando lento por el árbol. Antes de dármelo le acaricia la pequeña cabeza y le dice.

-No vuelvas a hacerlo pequeño diablo, que luego mira como se pone tu dueña...- Le rasca la cabeza y me lo pasa.- Tu diablo, Honey.- Cuando lo tengo entre mis brazos lo abrazo y lo beso durante minutos seguidos, cuando mira a Zayn pone los ojos en blanco, pero sé que lo hace aposta para molestarme. Se aleja donde está su hermana pero corro tras él hasta ponerme a su altura.

-Espera Zayn, gracias...- Se encoge de hombros y sigue andando.- ¿Eres bipolar?.- Pregunto totalmente en serio. Suelta una carcajada y contesta.

-Puede, me voy Honey. Llévate a tu hermano ya, es tarde y esto a ciertas horas no es bueno pisarlo.- Coge corriendo a su hermana y se la lleva en brazos jugando con ella.

-Espera...- Susurro pero es demasiado tarde, me he quedado con su cazadora.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Capítulo 3.

-No.- Sigo andando con Tommy en mis brazos, al mismo tiempo, el avanza con su coche pasando al lado mía con la ventanilla bajada y mirándome, la pequeña que hay detrás en una pequeña silla también mira.

-Sube.- Me vuelve a repetir con voz tajante. ¿Qué parte de no, no entiende, no sabe lo que es un adverbio de negación o qué? Ah, culpa mía, resulta que es imbécil, no creo que llegue a saber qué es eso.

-No.

-Vamos, ¿tienes pensado ir con tu hermano dormido, hasta tu casa andado?.- Me pregunta con cierta incredulidad.

-Sí, pienso ir andando a casa y ahora déjame en paz.

-Vale, solo intentaba ser amable.- Acto seguido sube la ventanilla de su coche y se va. Menos mal, pensé que nunca se iba a ir, me pregunto a que viene ese cambio de humor, o de personalidad mejor dicho para que el me trate tan “bien” como me acababa de tratar. ¿Será que ha cambiado? Imposible, él quería algo seguro, no hace las cosas porque sí, siempre hace las cosas con algún fin. Sigo andando con Tommy en mis brazos, los cuales empezaban a doler, y aun me quedaban unos minutos para llegar a casa. Ahora mismo me arrepiento de no haberle dicho que sí. ¡PERO QUE ESTAS DICIENDO BECCA! me dice mi subconsciente. ¡Dios!, el cansancio a veces me juega malas pasadas, pero ya está.
Entro en casa y dejo al pequeño en el sofá mientras me iba a la cocina para ayudar a mi madre con la comida.

-¿Qué tal el primer día? .- Me pregunta ella mientras aliñaba la ensalada.

-Bien, como los últimos tres años.- Acabo de poner los platos y voy al armario para cojer los vasos.

-Acuérdate de lo importante que es la nota para poder entrar en Derecho.

-¿Otra vez con lo mismo?.- La mujer sigue empeñada en que voy a hacer Derecho, pero es algo que no me gusta, que odio, defender a gente que a lo mejor son culpables de lo que les acusas. NO. Yo en realidad quiero ser una pianista, es mi sueño.

-Rebecca, te he dicho mil y una veces que mientras que vivas bajo mi techo, tendrás que hacer lo que yo te diga.

-Pero es que tengo que hacer algo que me guste a mí, no a ti.

-Crees que ser una pianista te va a sacar de trabajar, y te dará todos los lujos –me dijo ella señalándome con el tenedor –pues que sepas señorita que estas muy equivocada.

-Que sí mamá, mejor dejemos el tema, no me apetece discutir y no nos vamos a poner de acuerdo en este tema.

Prefería dejar el tema, ya sabía como iba a acabar y la que perdía era yo, siempre era yo. Subo a mi habitación para dejar mis cosas y me encuentro a Church tumbado en la cama. Church es un gato que tengo desde los diez años y se ha convertido en un gran amigo, me sigue a todas partes y siempre duerme en mi cama aunque a mi madre no le convence, le acaricio la cabecita, se levanta y me sigue hasta el salón para despertar a Tommy, para comer. Mi padre entra por la puerta cuando nosotros estamos sentados en la mesa preparados para comer.

-Hola niños.- Nos dedica esa bonita sonrisa que siempre nos transmite paz, aunque en el último año nos hemos distaciado más por nuestras diferentes idea de como guiar mi vida, siempre lo he querido muchísimo.
 
La comida, como siempre no tuvo mucho movimiento, mi madre quiso volver a sacar el tema de la Universidad pero se lo impedí, una cosa tengo muy clara no voy a entrar en derecho, o hago lo que yo quiero, o no hago nada. Después de comer y hacer algo de deberes y estudiar salgo con Tommy y Church con una pequeña pelota de futbol, como todas las tardes bajo con el pequeño a un parque, mientras él juega con la pelota y Church investiga los alrededores yo me siento en un banco a leer alguna novela o a componer partituras. Hace una buena tarde, el sol no pega directamente pero está ahí, cuando llevo un rato leyendo siento que alguien se siente a mi lado.

-¿Por qué no quisiste subir antes conmigo en el coche, Honey?.-¡Vamos!, ni aquí puedo tener un momento de tranquilidad, ¡esto es increíble! -¿Te comió la lengua el gato?

-No subí contigo en el coche porque básicamente no me dio la gana, no voy con gente que me hace la vida imposible y como podrás comprobar no me comió la lengua el gato.- Vuelvo la vista a el libro y aunque hago todo lo posible por concentrarme no podía. Él seguía allí a mi lado, notaba como de vez en cuando me miraba y sonreía, yo miraba y el volvía la vista a los niños, yo ponía los ojos en blanco y vuelta a empezar. De repente siento una pequeña mano en mi rodilla.
 
-Becca.- Levanto la vista y me encuentro con mi hombretón y a la niña que esta mañana iba con Zayn. Zayn vuelve la vista hacia nosotros interesado, sonríe a la niña y mira a Tommy.
 
-Dime Tommy.

-Ella es mi novia, se llama Abie.- Miro a Zayn y después a la niña, ambos tienen los mismos ojos. Zayn me mira y dice.

-Ella me pidió que os llevara a casa y yo no me puedo oponer a mi pequeña...quiero decir Abie.- Corrije rápidamente, ahora todo encaja. Hasta tal vez Zayn tiene corazón. 

domingo, 10 de noviembre de 2013

Capítulo 2.


El olor a tabaco, la verdad es que es algo que siempre he odiado, no me gusta nada. Se mete por mis fosas nasales dejándome un mal sabor de boca, y hace que la persona que fuma le huela “mal”  la ropa, pero en él es diferente, supongo que porque la colonia contrarresta un poco la peste que está dejando en clase, pero como bien os he dicho, un poco.

La profesora nos empezó a explicar en qué consistiría este último año en el instituto, que para nosotros ya era más que repetitivo. La palabra que más salía de su boca era "Universidad", y a decir verdad, ni la mitad de la clase llegaría. Al sonar el timbre salimos todos hacia el pasillo, y como siempre las mismas caras que llevo viendo 3 años, cada año que pasa las odio más. Desde las pijas descerebradas que no conocen más allá que maquillaje, ropa y cotilleos, pasando por los emos, frikis, abusones y porreros. Vamos, de todo lo que te puedes encontrar en un instituto. Veo a Liam y Alex apoyados en nuestras taquillas mirando como unas de hacían fotos y otras se tocaban el pelo, cuando me dirijo hacia a ellos de repente me choco fuertemente con alguien haciendo que me caiga y con ello todos los apuntes de la mañana queden esparcidos por el suelo. Maldigo por lo bajo, me pongo de rodillas y empiezo a recojer los papeles.
 
-Anda, pero mira quien tenemos aquí- Dice haciendo que levante la cabeza, dejando ver su pelo y ojos característico. Joder, ¿No sabes mirar por dónde vas?
 
Pasaba de él desde hacia tres años. Desde que entre en el instituto me lleva haciendo la vida imposible, no me pegaba pero siempre que podía me dejaba en rídiculo y dejaba ver que era una mojigata, tal vez era porque yo nunca le había seguido el juego como las demás y eso le molestaba de sobremanera, antes me afectaba más, me pasaba horas y horas llorando en el baño del instituto, pero ahora la verdad es que ya no me afecta, supongo que me he acostumbrado y ha conseguido lo que él quería, que apenas salga de casa y que sea la marginada de la clase.

-Honey, me han dicho que este verano te dresmadraste en las fiestas, ¡aah no! que estuviste en casa durante todo el verano -dice haciendo que sus amigos se rían y él deja una sonrisa arrogante en su cara.

-Mira imbécil, déjame en paz, no quiero saber nada de ti.

Termino de recojer los apuntes y comienzo a andar, Liam y Alex aparecieron a mi lado en menos de 10 segundos, pusimos rumbo a la cafetería, al llegar nos sentamos en una de las mesas yo y Liam, mientras que Alex iba a pedir tres cafés.

-¿Cómo te encuentras? –me pregunto algo preocupado, Liam siempre está para mí, pero no es del tipo de chico que se va a meter en una pelea por nadie, lo entiendo.

-Tranquilo, estoy bien.

-Es mejor que lo sigas ignorando.

-Lo pienso hacer, lo único que me da miedo son los dos viajes que vamos a hacer este curso, no me hace mucha gracia tener que compartir mi tiempo con él.

Justo en ese momento llegó Alex a la mesa con los cafés, nos pusimos a hablar de lo que teníamos pensado hacer este año. Demasiadas ilusiones, y esperanzas, al menos teníamos nueve meses para intentar cumplirlas. La mañana pasó rápido, y espero que todo el curso sea así.

-¿Tienes que ir a recoger al pequeño? –me pregunto Liam cuando subí en el coche.

-Sí, ¿me puedes dejar delante del parvulario?- digo haciéndole ojitos.

-Sabes de sobra que sí, no sé por qué me haces ojitos si ahora ya no tiene el mismo efecto que tenían antes, jajaja.-nos reímos y arranca el coche.

-¿No viene Alex?

-No, me dijo que la pasaba a buscar hoy su padre, se iban a comprar las cosas para clase.

Bajo del coche,y me despedo de Liam, iría andando a mi casa que está a unos diez minutos de donde está el parvulario de mi hermano. Estaba esperando tranquilamente para coger a Tommy y me encuentro con una persona “non grata”, ahí está él, con el cigarro entre sus dedos, su cazadora negra y con sus aires de superioridad, con una niña que parece su hermana con la edad que mi pequeño hombretón.

-Hola Honey.- Ugh, odio que me llame así, me sonríe  sin más y se va con la pequeña entre sus brazos haciéndola reir.

-Beccaaaa –me dice mi hermano cuando me ve.

-Hola pequeño –le cojo en brazos y le doy un beso.-¿Qué tal el día?

-Bien, coloreé toda la mañana –me dice mientras apoya su pequeña cabeza en mi hombro.

-¿Tienes sueño pequeño? –le dije mientras acariciaba su espalda, pero ya no obtuve ninguna respuesta por parte de Tommy.

Pongo rumbo hacia casa, cuando de repente un coche para a mi lado y baja las ventanillas.


-Sube.- Aquí está el otra vez, mi tortura desde hace 3 años. ¿Qué se supone que tengo que hacer?

Capítulo 1


Ocho en punto de la mañana, hoy empieza mi nuevo y último curso antes de pasar a la Universidad, aburrido pensarán algunos, divertido pensarán otros y no por las clases si no por lo que viene por las noches, fiestas, chicos, chicas y todo ese tipo de cosas que realmente no llaman mi atención. Pienso que será un curso interesante, quiero decir es mi último curso y tendré que elegir que quiero hacer con mi vida, ¿no lo veis interesante?.

Me visto con unos jeans y una sudadera algo ancha, mi mejor amiga siempre anda diciéndome que por qué no enseño un poco más mi cuerpo que tengo un cuerpo genial, pero prefiero ir con ropas algo anchas y cómodas. Precisamente no se va a clase a enseñar, bueno, mejor dicho, no voy a clase a enseñar. Bajo las escaleras y llego a la cocina donde mis padres desayunando y mi hermano pequeño sentado en el suelo intentado atar sus cordones.

-Buenos días.- Mis padres me devuelven los buenos días. Bajo a la altura de mi hermano revolviéndole el pelo y preguntándole.- ¿Necesitas ayuda?.

-¡Nooo!

-Wow, está bien, estás hecho todo un hombre para tener cuatro años. Estoy segura de que lo conseguirás.- Me río dejando un beso en su coronilla y vuelvo a la mesa para desayunar.

-¿Preparada para el último curso? Ya sabes que hablamos sobre tus notas y tienen que ser altas para lo que quieres hacer.- Comenta mi madre llenando la taza de café. Bebo un sorbo.

-Bueno, no exactamente, no es lo que quiero hacer es lo que prácticamente me obligáis a hacer, pero seguiré luchando cada día para que me cojan en la mejor escuela de música.- Digo orgullosa de mi misma.

Cada día desde los quince hemos estado discutiendo sobre este tema, mi madre quiere que estudie Derecho y yo me niego a ella, ¿qué tiene de especial estudiar derecho? ¿qué si tengo que defender a un ladrón? o peor ¿a un criminal? ¡me niego!. Lo que realmente me gustaría hacer es ser pianista, lo sé, difícil en esta época, pero si por algo me caracterizo es por mi perseverancia.

-Ya hemos hablado de esto antes Rebecca. Hay razones más que suficientes para que cojas esa elección. No hay más que hablar.- Interviene mi padre y no de cualquier manera si no con mi nombre completo. Rebecca. Cuando eso ocurre es mejor dejar el tema para otro momento.

Antes de que pueda terminar mi desayuno, la bocina de un coche me indica que mis dos mejores amigos me esperan fuera, en el coche de Liam. Liam, mi mejor amigo desde que tengo pañales, no es el tipo de chico popular pero es un chico genial; algunos hablan de que nosotros siempre estuvimos el uno enamorado del otro pero claramente no. No me veo saliendo con Liam nunca, una no puede salir con su hermano, sería raro e ilegal.

Luego está Alex la conocimos Liam y yo hace cuatro veranos, llegó de Australia por el trabajo de su padre, podría decir que es algo popular, viste bien, va a fiestas y le gusta a algunos chicos, digamos que es la atrevida del grupo. Cojo rápidamente la mochila y salgo de casa montando en el asiento de atrás del coche, saludando a los dos. Aunque acaba de empezar el curso llevamos viéndonos casi todo el verano así que no tenemos mucho que contarnos que se diga.

-¿Preparados para ver a los chicos de último año? ¡Oh Dios! Los chicos de último año son muy sexys...- Alex saca su pequeño espejo y se retoca los labios, lo cierra y sube los pies encima del asiento.

-Alex, te he dicho mil veces que no subas ahí los pies, luego no eres tú quien lo limpias. ¡Bájalos!.- Esta pone los ojos en blanco y baja los pies.

Liam y Alex siempre han tenido un amor odio extraño, van al límite todo el tiempo, o se ponen contra mí y son los mejores amigos o discuten todos lo días sin motivo alguno. Pero cuando estás tan acostumbrada a eso produce cierta gracia.

Liam aparca el coche en el aparcamiento y bajamos del coche, miro a través del instituto. Demasiada gente, nueva y conocida. Nos dirigíamos a la entrada dónde nos dicen cuál es nuestra clase y cuando llegamos elegimos nuestro asiento. Alex se va a la última fila, como no y nosotros nos quedamos algo más adelante. El timbre suena y la gente empieza a entrar, parece que este año no voy a estar en la mejor clase ya que Emily y Lucy están ahí. Ellas son las típicas pijas rubias de película norte americana. ¡Horrible!. Cuando parece que estamos todos la profesora entra cerrando la puerta y nos reparte a cada uno nuestro horario escolar dando algunas normas también.

De repente llaman a la puerta y acto seguido se abre dejando ver a un chico de piel morena, alto y con ojos y pelo oscuro.

-¿Se puede?.- Pregunta con algo de pasotismo, la profesora extiende el brazo dejándole ver que puede pasar y anda por el pasillo hasta ponerse en el asiento que hay detrás de mí. Su olor entre tabaco y colonia me deja descolocada.