sábado, 25 de enero de 2014

Capítulo 18

-¿Yo te importo, Zayn?.

No dice nada, solamente me sigue abrazando, y antes de separarnos me da un leve beso en mi frente. Creo que con ese pequeño detalle me confirma mi pregunta. Aunque no me lo quiera decir, sé que le importo, y ahora mismo eso me hace sentir bien.

-¿Quieres comer?.- Me dice después de alejarse y mirarme a los ojos, volviendo a ser el Zayn que yo conozco.

-Sí, gracias.

Abre la puerta de atrás del coche, y saca la bolsa de comida que habíamos comprado. Aún me sigue pareciendo una comida para un regimiento, me riño cuando quite de comer, pero es que yo soy una persona que no come mucho, y tampoco me gusta gastar por gastar. Cierra el coche, me acerco a él y con la mano libre que le queda agarra a la mía con decisión, pero a la misma vez con ternura. Entrelazo mis dedos con los de él y nos dirigimos a unas mesas algo alejadas del coche, pero la verdad es que en este momento no me importa andar, es más se me hace agradable. Espero que el día de hoy me deje ver a un verdadero Zayn.

-¿Agua, zumo o cerveza?. 

-Agua, por favor.- Le extiendo la mano para que me la pase.- No sé como sois capaces de beber ese brebaje al que el llamáis cerveza. 

-Tú mejor no hables, que el día de al fiesta con los cubatas un poco más y casi que te bebes el agua de los floreros.- Me dice a modo de reproche, pero no malo, sino con sentido del humor.

-Muy graciosos Malik. Me gustaría verte a ti cuando bebes...

-Nada. Mejor empecemos a comer, que la comida se enfría.

-Zayn, ¿qué estás hablando?. Estamos comiendo bocadillos, eso es comida fría.- Suelto una carcajada, él solo me admira, no dice nada y una sonrisa se le forma en la cara. Un sonrisa sincera, me encanta cuando sonríe, por que coloca la lengua detrás de los dientes y le da un aspecto más tierno, me gustaría conocer al Zayn que hay debajo de ese caparazón de hombre duro que nada le importa.

-Que sonido más bonito.- Eso me deja descolocada, pero aun así sonrió.

Habíamos empezado a comer, él estaba sentado frente a mí, comiendo un bocadillo, cuando al darle un mordisco se mancha debajo de la nariz, intento aguantarme la risa, no quiero que le siente mal que me ría de él, pero llega un momento que ya no puedo más y exploto en una carcajada. Me mira desorientado.

-¿Qué te pasa ahora?.

-JAJAJA ¡Zayn te sienta muy bien el bigote!.- Le digo mientras intento no morirme de la risa. Se echa las manos a la parte superior de sus labios y se mancha la mano con ketchup, cosa que todavía me hizo más gracia. El niño pequeño vuelve a ocupar su personalidad.

-¡Me estás diciendo que llevas todo este rato riéndote por esto!.- Dice ofendido.

-Venga hombre, no te enfades.- Le digo levantándome y sentándome a su lado.- ¡Te queda muy bien!. Eres aun más varonil. 

Me acerco a el con un pañuelo y le quito lo poco que quedaba de ketchup, y después con delicadeza le limpio las manos. Me sonríe mientras acabo de limpiarle las manos y yo le sonrió. Cuando me quiero levantar y volver a mi sitio, me agarra de la mano y tira de mi hacia abajo, me vuelvo a sentar en el mismo sitio, algo confundida.

-Quédate a mi lado.- Me dice.

¡Claro que me quedaré a tu lado!. Estuve a punto de gritarle, pero mi cabeza me devuelve a la realidad. Esa pequeña frase suena como que no solo quiere que me quede a su lado en el asiento, si no que también quiere que me quede a su lado en el día a día. Estoy conociendo una faceta de el que no sabia ni que existía. Para mi siempre fue el niñato chulo y prepotente que se tira a todo lo tiene tetas y culo, pero ahora mismo me esté demostrando que no es así. Quiero poder conocerlo mejor, que me cuente quien es Christine, que le pasa con ella y muchas preguntas más que rondan por mi cabeza. Mirándome las punteras de los zapatos para no tener que mirarlo a él, pregunto.

-Antes...dijiste que este sitio te lo enseñó Christine...- Noto que se pone tenso pero hace todo lo posible para mantener las formas.

-Sí, lo hizo.

-E-ella es alguien importante para ti, ¿cierto?.- Por una parte no quiero continuar porque me dan miedo sus formas, pero la curiosidad mató al gato y yo tengo un trato con los gatos.

-Sí, Becca ya te lo dije. ¿Qué es lo que quieres saber exactamente?.- Me pregunta haciendo que lleve su mirada a la de él y por un momento me quede congelada. ¿Realmente me va a decir quién es ella?.

-¿Quién es ella, Zayn?.- Hay unos instantes de silencio. Los dos nos miramos nerviosos, tal vez este no es el momento y yo acabo de cagarla.

-No me hagas esto, honey. Ahora no, por favor.- Mi corazón se cae cuando veo su cara. Realmente él no quiere hablar de esto y yo no voy a ser quien le haga sentir mal. No ahora. Decidida acerco mi mano a su mejilla y la acaricio, él cierra los ojos lentamente y aspira.

-Está bien, no tienes por qué hacerlo.- Asiente como dándome las gracias y dejamos el tema apartado por hoy.

Después de comer y recoger hablamos de cosas sin importancia, bueno la verdad es que para mí si que tienen importancia ya que quiero saber todo lo que pueda conocer de él y parece que cuando yo hablo de lo que sea, él me hace más cosa de lo que nunca pude imaginar. Cuando me di cuenta ya eran casi las siete de la tarde y ambos estábamos sentamos cerca de la verja desde donde se veía todo el pueblo. Una maravillosa puesta de sol se dejaba ver.

-¿Verdad que es precioso?.- Me pregunta mientras miro sin palabras la estampa.

-Es muy bonito Zayn...- Realmente había acertado con traerme aquí durante todo el día.- Deberíamos volver, tengo que llegar a cenar y me queda hablar con Liam todavía...- Por un momento había olvidado todo, pero Liam sigue siendo mi mejor amigo por encima de todo.

-Claro..., vamos.- Nos levantamos y nos metemos en el coche. Al principio del trayecto hay un silencio sepulcral, pero decido romperlo.

-Gracias por este día. Me lo he pasado realmente bien.- Sonrío vergonzosamente.

-Yo también.- Hace una pausa.- ¿Te gusta estar conmigo?.- Pregunta sin apartar la vista de la carretera.

-Claro.

-Bien entonces...te invitaré otro día a salir.

-Tú y tu bipolaridad.- Se ríe. Ambos recordamos cuando hace menos de una semana me dijo que no nos podíamos volver a ver y ahora me dice que me invitará a salir otro día.- Aún así, tenemos un trabajo que hacer.- Aparca enfrente de mi casa.

-Hablaremos sobre ello.

-Esta bien, nos vemos mañana en clase.- Pero antes de que pueda abrir la puerta del coche y salir, él tira de mi muñeca y sin pensarlo un segundo deja un beso en la comisura de mis labios. Nos miramos y por último me dice.

-Descansa, honey.



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